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8/10/2019. El Celler de Can Roca, un exemple de gestió per a les pimes

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BBVA quiere ayudar a las pymes a innovar para ser más competitivas y ofrecer una mejor experiencia a sus clientes de la mano de referentes mundiales como los hermanos Roca.

BBVA se vuelca en las pymes, un colectivo que considera estratégico para la economía española y a quien quiere ayudar no solo con soluciones de financiación sino también en materia de innovación y digitalización. En este contexto, el banco ha celebrado en Barcelona Historias que transforman, una jornada con clientes y directivos y protagonizada por los hermanos Roca de El Celler de Can Roca, una pyme que consideran un caso de éxito que puede inspirar a otras muchas empresas.

“El Celler es un ejemplo clarísimo de creatividad e innovación”, enfatizó el director territorial de BBVA en Cataluña, Xavier Llinares, que destacó también que el banco “es un ejemplo de transformación” y un referente en “innovación y sostenibilidad”. “Queremos ayudar a las pymes a aprovechar el reto digital y el actual momento de cambio”, apuntó el directivo, que insistió en la necesidad de “innovar permanentemente para mejorar, sin necesidad de perder el arraigo en el territorio”, como ocurre con El Celler que, a pesar de ser un restaurante conocido en todo el mundo, sigue totalmente vinculado a Girona y se abastece, sobre todo, de productores locales.

Un sueño hecho realidad
“El inconformismo nos ha llevado a crear una marca global, pero sin perder la esencia”, afirmó el chef Joan Roca, que destacó la necesidad de “pensar en grande”. “Somos muy afortunados porque hemos hecho realidad nuestro sueño en el mismo barrio obrero en el que nacimos y crecimos”, señaló el chef.

Según Roca, haberse quedado en su barrio natal, a las afueras de Girona, y comer todos los días en el vecino restaurante que todavía regenta su madre les hace “tocar de pies en el suelo”. “Es un gran antídoto contra los efectos del gran éxito glamuroso que vivimos”, reconoció.

Según BBVA, las pymes representan el 99,8% de las empresas, el 66% del empleo y el 62% del PIB. Por ello, ha desarrollado un modelo específico de atención a este colectivo, con 3.500 gestores especializados y basado en la capilaridad y cercanía al cliente. Así lo explicó el director de pymes de BBVA España, Alberto Cano, que cifró en 35.000 millones las líneas de financiación que tienen disponibles. “Hemos pasado de ofrecer una financiación reactiva, fruto de una petición, a una proactiva, apoyándonos en las nuevas tecnologías y el big data”, dijo.

Cano recordó que el principal reto al que se enfrentan las pymes es el de la supervivencia, por lo que instó a “tener ambición de crecimiento”. “Nunca las pymes han tenido la oportunidad que tienen ahora de poder competir de igual a igual con una gran empresa”, en referencia al impacto de la digitalización de la economía, que diluye las barreras geográficas y facilita la accesibilidad. “Para las pymes es el mejor momento para pedir créditos; la financiación no va a ser un impedimento para el crecimiento de las pymes durante varios años”, aseguró Cano.

Diversidad
El banquero apuntó que las empresas deben apoyarse en la tecnología para ofrecer una experiencia completa y satisfactoria a sus clientes, pero matizó que nada es posible sin las personas. “Hay que apostar por distintos perfiles, integrar la diversidad en la empresa”, señaló.

En este punto, Joan Roca recordó que en El Celler trabajan personas de 23 nacionalidades, lo que les permite “aprovechar la diversidad cultural para mejorar en el proceso de innovación continua y seguir haciendo cosas distintas en el mundo de la gastronomía”. Explicó que en su empresa no trabajan solo cocineros, sino también ingenieros, botánicos e incluso químicos y una psicóloga. El grupo empresarial de los Roca emplea ahora a unas 150 personas. “Las empresas ya no tenemos trabajadores, sino clientes internos. Hay que cuidarles para que ellos cuiden a los clientes externos y garanticen el éxito de su experiencia”, manifestó el chef.

Por su parte, el sumiller Josep Roca explicó que para los hermanos El Celler supone “una filosofía de vida”, por lo que buscan preservar valores como la proximidad y la autenticidad. “La autenticidad no viaja”, dijo, en referencia a que les han ofrecido abrir restaurantes en los mejores hoteles de grandes capitales como Londres, París, Pekín y Macao, algo que siempre han rechazado. “Creemos que la gente se mueve por aquello que es verdad; nos gusta el esfuerzo, pero no la especulación”, enfatizó Josep.

“Para nosotros -apuntó Joan Roca- es un ejercicio de honestidad; sería muy fácil decir que sí a todas estas propuestas, pero perderíamos la autenticidad. Aún así, no renunciamos a crecer, pero lo hacemos de otra forma”, dijo en referencia a su división de eventos, las heladerías Rocambolesc o Casa Cacao. “Todos estos proyectos nos permiten tener una cuenta de explotación razonable, porque con El Celler solo, no hubiera sido posible”, reflexionó.

Según Joan Roca, la innovación “es una actitud” que tienen no solo los hermanos, sino todo el equipo. Así, en paralelo al restaurante tienen La Masia, un centro pluridisciplinar destinado a pensar y a innovar. “Es muy importante que alguien dedique tiempo a pensar; debemos mantener una actitud inconformista para idear nuevos platos y nuevos negocios”, aseveró.

En esta línea, BBVA creó también hace un año la Factoría de transformación empresarial, un espacio de innovación con 300 personas.

El cocinero elogió la alianza que El Celler firmó con el banco en 2013 y que les ha permitido viajar, descubrir nuevos ingredientes y cocinar en países como Turquía, Perú, Colombia y México. “Gracias a estos viajes, hoy El Celler es mejor, hemos aprendido mucho conociendo nuevas culturas gastronómicas”, concluyó.

El Celler afronta el reto de la sucesión
Como toda empresa familiar, El Celler de Can Roca también debe afrontar el reto de la sucesión, aunque los hermanos Roca lo tienen muy claro: “La cuarta generación debe hacer su propio proyecto”. “Mi hijo mayor estudiaba políticas y ahora me ha dicho que quiere ser cocinero; este mes se marcha a Nueva York a trabajar en un restaurante”, avanzó Joan. Sin embargo, asegura que su hijo “tiene claro” que quiere realizar su propio proyecto. “Heredar el mejor restaurante del mundo es una losa demasiado pesada; es lógico que desee un proyecto propio”, apuntó. Su hermano Josep comparte la misma opinión: “El Celler es una historia de nostros tres [en referencia también a su hermano Jordi], no hace falta que la siguiente generación siga con el negocio”. “Para nosotros, no es necesario que nos sucedan en el restaurante, no nos vemos con esta ilusión, pero ya veremos qué pasa”, concluyó.